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Primeriza

Hoy en día ser madre primeriza para algunas es un desafío muchísimo mayor al que posiblemente yo viví con mi primer hijo (2003)


En ese entonces viví una maternidad tan instintiva, tan relajada, no le daba tanta vuelta a las cosas y no habían "filosofías de crianza" que marcaran la pauta a mi forma de maternar, por lo tanto pude fluir naturalmente con mi primera maternidad, me escuchaba a mi, veía a mi hijo y conectaba con sus necesidades sin tener que escarbar en libros, ni artículos ni videoconferencias, toda la información la sacaba de mi y al ver a mi hijo.


Obvio que me equivoqué, porque también repetí patrones que aprendí de pequeña que eran "normales" pero eso lo vine a saber ahora con mi segunda maternidad.


Pero también siento que ésta primera maternidad la viví mas libremente, mas conectada, libre de miedos de si lo estaba haciendo bien o mal, libre de juicios de otras mujeres madres que estuvieran haciendo alomejor las cosas diferentes a como las hacía yo, libre de esa "exigencia" por ser la madre perfecta, autoimpuesta o presionada por el entorno... libre de reglas condicionadas.



Recuerdo algunas inseguridades cuando mi hijo se enfermaba, claro, no sabía nada de mocos ni de cólicos, esto lógico que son inseguridades que toda madre primeriza vive y comparte independiente de la década... queremos a nuestros hijos sanos.

Con mi segunda maternidad todo cambió, ya no era primeriza pero podría decir que casi volví a ser primeriza, primero porque habían pasado 12 años de esa primera maternidad y segundo porque venían dos bebés en camino, lo que me hacía estar igualmente frente a un nuevo y reconocido escenario.


En esta oportunidad con 30 años (hago hincapié en la edad porque siento que mientras más "maduras" mas inseguras y aprehensivas se vive una primera maternidad) si que me informé, leí, e indagué muchísimo.


Me sumergí en una generación de maternidades que poco nos permite equivocarnos sin un gran sentimiento de culpa a cuestas,



Hoy en día hay un mar de información que se agradece tan infinitamente como ese infinito sentimiento de agobio cuando no podemos llevar a cabo lo que dice el pediatra famoso , la especialista en crianza o el libro de lactancia, hay un sentimiento de miedo latente, frustración porque creemos que lo que vemos en las redes sociales en torno a la maternidad es muy alejado a lo que experimentamos día a día. Maternidades idílicas, cuerpos perfectos luego de parir, madres amorosas que no parecen dar señales de los colapsos típicos y normales por cierto que vivimos como madres.


Se hace difícil vivir una primera maternidad desde ahí.

Afortunadamente podemos elegir! Tenemos la oportunidad de escoger como queremos vivir nuestra maternidad, desde donde vamos a vibrar y que vamos a hacer para disfrutar cada etapa.


Para mi ha sido fundamental indagar en mi, saber cuales son mis debilidades y fortalezas al momento de criar, mis principales temores, poder ver que me está queriendo mostrar de mi aquello que me está dificultando el maternar en ciertas situaciones.


Desde aquí, desde la humildad y el conocimiento que he adquirido tanto desde la experiencia como en mis formaciones, es que he podido acompañar éstos últimos años a madres como tu, que al igual que yo, buscan conectar con esa coherencia que habita dentro de nosotras, esa manera amorosa de criar conscientemente, y poder entregar a nuestros hijos lo mejor de nosotras.


Te acompaño a transitar en este hermoso encuentro con tu verdadera esencia, con tu alma de mamá, desde el coaching, talleres, encuentros o según tus necesidades individuales pensado en tus necesidades como Mujer & Madre.


Desde aquí te abrazo y te doy la bienvenida al mundo de la crianza consciente.

Igna

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